Copa Sudamericana – Fase de Gurpos – Fecha 1 – Martes 05/04/2022 – Banfield (1) – Santos (BRA) (0)
La noche que rompe la Copa, vendiendo ilusiones. Dejándote retazos de sueños por los rincones.Ángel de los perdedores-El Soldado
La expectativa era alta. Banfield volvía a jugar una copa continental contra un grande de la región, por más que su presente no sea el mejor, la historia del Santos funciona como imán y estimula. El equipo dirigido por Diego Dabove salió a jugar con la misma entrega y concentración que el clásico con Lanús. A falta de juego, fue bueno generándole errores al rival. La defensa del Santos tenía problemas por abajo y por arriba. Entonces Banfield buscó a través de envíos largos a un Jeremías Perales que se bancó todas, generó faltas, vitalizó el ataque, con respecto a anteriores encuentros.
La jugada del único gol del partido muestra a las claras el déficit en los pases que tiene el equipo. Galoppo en posición de 10 adelantado, donde más rinde, puso un pase en cortada para Juan Manuel Cruz. Fue muy largo y cerró el defensor pero la dejó flotando para que Agustín Urzi de volea meta el golazo que necesitaba su confianza. El 11 nunca mezquina la entrega y el compromiso, pero para destrabar su cabeza y volver a ser desequilibrante necesita goles o pases gol. Este torneo está teniendo de las dos cosas. Su recuperación es vital para aspirar a algo más que participar en la fase de grupos de la Sudamericana.
Otro punto alto de la noche fue Alejandro Maciel, rocoso en la marca, volvió a estar a la altura. No es Maldonado pero emparchó un problema que parecía sin solución en el plantel. Si lo mejor del Banfield de Dabove no es cómo juega sino como mete y se entrega, la bandera del equipo es Nicolás Domingo. La expulsión empañó otro gran partido del volante central que supo ganar este mismo torneo en Independiente en 2017 con Nicolás Tagliafico como capitán.
Los últimos minutos dejaron dos certezas. Hay que tener en cuenta a Julián Palacios, juega bien y aporta algo que no tenemos: pase al pie claro y movilidad para volver a recibir. Un jugador que se involucra en la tenencia en un equipo que le cuesta avanzar tocando. La segunda cuestión son las manos de Bologna apareciendo cuando las piernas ya no responden igual y el rival aprieta.
Dabove desterró el 4-3-3 y volvió al esquema con dos puntas con el que el equipo no juega mejor, pero aunque sea genera algo más. Tiene gente cerca del área para presionar y forzar errores en la salida del equipo rival. Encima es el sistema que mejor le calza pensando en los que están afuera.
Nos falta mejorar bocha para pelearle a los mejores. Pero lamentablemente vivimos en tierra de sueños. Donde los triunfos coperos generan ilusión. Si el Ángel de los perdedores nos cuida la espalda quién te dice, capaz sigamos jugando de noche y entresemana un tiempo más.